<> VERSIÓN EN ESPAÑOL AL FINAL.

ALL FORMS OF VIOLENCE ARE EQUALLY WRONG

Those refusing to condemn all violence are its enablers!

MIAMI, FL [06.13.2016] – This Sunday’s killings in Florida have brought home to all Americans the horror and perversity of violence. Whether it’s a prayerful gathering of pious Christians or a boisterous party at the self-billed “hottest gay [sic] bar” in Orlando, no one, absolutely no one, has the right to maim or murder anyone. Regardless of whom the victims are, all forms of violence must be condemned as being equally wrong; equally abhorrent.

Let’s not kid ourselves into thinking that some forms of violence are wrong while others are not. Yes, physical violence is wrong. But physical violence is not the only kind of violence being committed against Americans today.

There’s also legal, spiritual, psychological and moral violence; the kind of violence of which America’s innocent children, women, and families are victims in the pernicious ideologically-driven campaign of bigotry, hate, and discrimination currently being waged against Christians in our country and throughout the world. Who is condemning this violence?

We must not be hypocrites. We must practice a consistent ethics of respect for innocent human life be it physical, spiritual, or intellectual, as all innocent human life is equally precious and sacred. Selective indignation and cynical hypocrisy invariably turns us into accomplices and enablers of the violent.

Yes, we are all called to abhor and condemn acts of terror and hate such as the one committed in Orlando. But ethical consistency and intellectual honesty demand that we also abhor and condemn the not so subtle violence of those hurling the disrespectful, ugly slur of “homophobe,” “homophobia,” or “homophobic” to degrade, demean, and incite violence against everyone who dares to disagree with a macabre, extremist ideology. Who is condemning this violence? Who are enabling this violence?

We must abhor and condemn the violence committed by the ideological extremists promoting the slaughter of abortion where thousands of innocent, defenseless children are robbed of their life right in their mother’s womb every single day. Who mourns for these innocent children? Who values their precious lives? Who speaks truth to power imploring compassion and mercy for them?

We must also abhor and condemn the violence committed by the ideological extremists promoting unethical and morally challenged curriculum and “sexual education” programs that inflict untold spiritual and psychological violence against America’s defenseless school children, robbing them of their innocence, their purity, their modesty, and their virtue. Who is condemning this violence? Who are enabling this despicable, pernicious form of child abuse?

We must also abhor and condemn the legal violence committed by those pushing unconstitutional laws allowing individuals to enter bathrooms, dressing rooms, showers and other facilities designated and/or set aside for members of the opposite sex, in contemptuous and reckless violation of our constitutional rights to privacy and personal safety. Who is condemning this violence? Who are enabling these violent attacks on our constitutional rights and freedoms?

Let us be very, very clear: acceptance of any type of violence inevitably leads to the acceptance of all types of violence. Selective indignation and the cynical refusal to condemn violence in all its insidious forms and shapes, are what enable, incite and promote the violence that shocked us this Sunday.

Yes, what happened in Orlando is wrong, dead wrong. But it’s equally wrong, cynical, and hypocritical to arbitrarily select which victims we are going to cry for and which victims we are going to callously ignore and overlook. Those who do so are accomplices and enablers of the very violence they claim to abhor and condemn.

Stop the hypocrisy! Stop the demagoguery!
Stop enabling violence! Admit that violence towards one is violence towards all!

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“Injustice anywhere is a threat to justice everywhere. We are caught in an inescapable network of mutuality, tied in a single garment of destiny. Whatever affects one directly, affects all indirectly.” –Martin Luther King Jr.

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 Independientemente de quiénes sean las víctimas…

TODAS LAS FORMAS DE VIOLENCIA SON IGUALMENTE CONDENABLES
Los que se niegan a condenar la violencia en todas sus formas son sus facilitadores

MIAMI, FL [Lunes, 05.13.2016]– Los asesinatos de este domingo en la Florida le han traído a casa el horror y la perversidad de la violencia a todos los estadounidenses. Trátese de un circulo de oración de cristianos piadosos, o una fiesta ruidosa en el auto-denominado bar “gay [sic] más caliente” de Orlando, nadie, absolutamente nadie, tiene el derecho a mutilar o asesinar a nadie. Independientemente de quienes sean las víctimas, todas las formas de violencia deben ser condenadas como igualmente equivocadas; igualmente detestables.

No nos engañemos pensando que algunas formas de violencia son malas, pero otras no. Sí, la violencia física es errada, pero no es el único tipo de violencia que se comete hoy contra los estadounidenses.

Hay también violencia legal, espiritual, psicológica y moral; el tipo de violencia de la que son víctimas los niños, mujeres y familias inocentes de Estados Unidos en la perniciosa campaña ideológica de intolerancia, odio y discriminación que se libra actualmente contra los cristianos en nuestro país y en el mundo entero. ¿Quién está condenando esta violencia?

No debemos ser hipócritas. Debemos practicar una ética consistente de respeto por la vida humana inocente, ya sea física, espiritual o intelectual, ya que toda vida humana inocente es igualmente preciosa y sagrada. La indignación selectiva y la hipocresía cínica invariablemente nos convierten en cómplices y facilitadores de los violentos.

Sí, todos estamos llamados a aborrecer y condenar los actos de terror y odio como el cometido en Orlando. Pero la consistencia ética y la honestidad intelectual exigen que también aborrezcamos y condenemos la violencia no tan sutil de quienes lanzan el feo insulto irrespetuoso de “homofóbico“, “homofobia” u “homofóbico” para degradar, calumniar e incitar a la violencia contra todos los que se atreven a estar en desacuerdo con una ideología macabra y extremista. ¿Quién está condenando esta violencia? ¿Quiénes están habilitando esta violencia?

Debemos aborrecer y condenar la violencia cometida por los extremistas ideológicos que promueven la matanza del aborto, donde miles de niños inocentes e indefensos son privados de su vida en el vientre de su madre todos los días. ¿Quién se lamenta por estos niños inocentes? ¿Quién valora sus preciosas vidas? ¿Quién dice la verdad al poder implorando compasión y misericordia para ellos?

También debemos aborrecer y condenar la violencia cometida por los extremistas ideológicos que promueven un currículo y programas sexuales no éticos y moralmente inaceptables que infligen indecible violencia espiritual y psicológica contra escolares estadounidenses, robándoles su inocencia, su pureza, su modestia y su virtud. ¿Quién está condenando esta violencia? ¿Quiénes están permitiendo esta forma despreciable de abuso infantil?

También debemos aborrecer y condenar la violencia legal cometida por quienes promueven leyes inconstitucionales que permiten a individuos entrar a baños, vestidores, duchas y otras instalaciones designadas y / o reservadas para personas del sexo opuesto, en violación despectiva e imprudente de nuestros derechos constitucionales a la privacidad y seguridad personal. ¿Quién está condenando esta violencia? ¿Quiénes están facilitando esta violencia legal?

Seamos muy, muy claros: la aceptación de cualquier tipo de violencia conduce inevitablemente a la aceptación de todos los tipos de violencia. La indignación selectiva y la negativa cínica a condenar la violencia en todas sus formas y manifestaciones insidiosas, son lo que permite, incita y promueve la violencia que nos conmovió este domingo.

Sí, lo que ocurrió en Orlando está mal, muy mal. Pero es igualmente mal, cínico e hipócrita seleccionar arbitrariamente las víctimas por las que vamos a llorar y las víctimas que vamos a ignorar y pasar por alto. Quienes hacen esto son cómplices y facilitadores de la misma violencia que dicen aborrecer y condenar. 

¡Abajo la hipocresía! ¡Abajo la demagogia! ¡Dejemos de habilitar la violencia! ¡Admitamos que la violencia contra uno es violencia contra todos!

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“La injusticia en cualquier parte es una amenaza a la justicia en todas partes. Estamos atrapados en una red ineludible de reciprocidad, atados en un solo destino. Lo que afecta a uno directamente, afecta a todos indirectamente.” –Martin Luther King Jr.

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